Asimismo, esta investigación concluyó que 43% de las norteamericanas de entre 18 y 59 años manifiestan disfunciones sexuales. Pero como la mayoría confiesa no sentirse “preocupada”, los responsables del estudio estiman que la solución debería enfocarse menos en soluciones farmacéuticas y más en las terapias que toman en consideración la experiencia de vida de cada mujer en su conjunto.
“Si no es asociado con la angustia, entonces probablemente no afecta la calidad de vida de la mujer”, dijo Jan Shifren, autor del trabajo.
Aunque eso tranquilice, los índices de mujeres frustradas por este tipo de problemas – según el estudio- son altos. Por eso “se tiene que hacer más para identificar a estas personas y proveerles del cuidado necesario”, dijo Shifren.
Según los especialistas de Harvard, la depresión y la incontinencia urinaria también tienen su cuota de culpa en las disfunciones femeninas.
Relaciones dolorosas
El médico sexólogo Óscar Sapena indica que una gran porción de las mujeres experimenta dolor durante el sexo. Este fenómeno se conoce como dispareunia, que a menudo aparece asociada a problemas de vaginismo y se manifiesta a través de molestias, ardor, quemadura o contracción que puede localizarse en la parte interior o exterior del órgano sexual femenino, en la región pélvica o en el abdomen. Las causas pueden ser de origen orgánico como agentes infecciosos, enfermedades genito-urinarias, irritaciones por el material de los anticonceptivos de barrera (preservativos, diafragma, dispositivo intrauterino –DIU–, espermicidas) y, en la tercera edad por vaginitis senil. También puede presentarse por causas de origen psicológico como la interacción negativa conductual entre la pareja, la falta de excitación en el momento de la penetración, depresión o ansiedad.